Quizás esto me perjudique algún día pero es que estoy un poco cansada de entrevistas de trabajo en las que no se valora lo que vales, sino sólo lo que cuestas. Entiendo que el mercado laboral está como está y que se necesitan becarios y personas con poca experiencia para ayudar a sacar adelante proyectos. Hay que pasar por esos periodos de prueba y todos los hemos pasado. De hecho, recuerdo los míos como momentos muy positivos y de gran aprendizaje.
Pero de ahí a que sólo importe que se paga poco y entonces mejor optar por alguien con menos experiencia, porque piensan que se conformará mejor, va un trecho. Y más teniendo en cuenta que somos conscientes de que no vamos a cobrar lo que hace un tiempo.
En lo que va de año he tenido una entrevista en la que me confirmaron que valía demasiado para el puesto ofertado como para no querer marcharme con ofertas mejores, y dos en las que ni siquiera fueron capaces de hablarme de las condiciones, por lo que yo misma pregunté, por supuesto, descartándome para conseguir el empleo.
Así que me pregunto si vamos a salir de la crisis sin aprovechar el talento no sólo joven, que ya está emigrando, sino el talento que también viene con la experiencia. Porque sí señores, la experiencia es un grado.
Durante mucho tiempo fui la pequeña de las redacciones por las que pasaba, por lo que todo el mundo me cuidaba y daba la oportunidad de aprender, al tiempo que iba creciendo y se me iba exigiendo cada vez más responsabilidad. Soy una currante nata y cada día me lo curraba para aportar un poco más. Sin embargo, siempre me veía como la pequeña y no veía el valor que podía aportar con mi experiencia si cambiaba de trabajo. Pero un día, hace justo hoy 4 años (qué casualidad) me quedé en el paro y todo cambió.
Tuve que reinventarme y continuar con la formación para que llegaran nuevas oportunidades. Estaba en el paro pero no paré hasta que llegaron y cuando lo hicieron ya era para tener responsabilidades, coordinar equipos y dar resultados desde el minuto 0. Y he de decir que me siento orgullosa de haber aportado desde el primer día en las agencias de comunicación por las que he pasado. Al principio con el vértigo de pensar que nunca habías trabajado en una y que no estás preparada para ello. Pero ahí entró la experiencia.
Ella me ayudó a adaptarme al nuevo entorno y los nuevos equipos muy pronto, me facilitó el aprendizaje de todo lo nuevo que me tocaba hacer y, sobre todo, me permitió organizarme y saber diferenciar lo urgente de lo importante, me permitió tener paciencia y empatizar con las personas con quien trabajaba.
Así que, sí, creo que la experiencia tiene un valor. Y espero que pronto vuelva a valorarse, porque aún nos queda mucha guerra que dar 😉
Tienes toda la razón, la experiencia vale, ánimo! ya encontrarás quien lo sepa valorar. Saludos!!